¿Os resultan familiares estas conversaciones?:
-Cariño, vamos a bañarnos.
-¡NO QUIERO!
-Pues, ¿vamos a cenar?
-¡NO!.
-Venga que vamos a leer un cuento…
¡NO, no, no y mil veces no!.
Si estas conversaciones os resultan familiares es probable que vuestro peque tenga entre dieciocho meses y cuatro años de edad.
En esta etapa, l@s niñ@s descubren que tienen voluntad e identidad propia y su máxima es ejercerla. No se trata de un comportamiento rebelde sino de una fase importante en el proceso de maduración infantil.
Los profesionales de la psicología consideran esta etapa como un momento de autoafirmación, en la que el peque demuestra que también tiene capacidad de elegir. Esto ayuda a consolidar y dar forma a su identidad.
Sin embargo, como aún no cuentan con recursos cognitivos y emocionales suficientes, su manera de expresar su individualidad es a través de las negativas. Por lo tanto pueden decir NO, tanto si están en desacuerdo con alguna circunstancia, como si alguna propuesta les beneficia, simplemente porque es la manera que tienen de marcar límites y de ejercer su voluntad.
Esta etapa no es lineal, hay diversas intensidades. En ocasiones encontraremos más resistencia por parte de los peques ante distintas propuestas.
La etapa del NO es un momento de sana oposición, que permite la adquisición de habilidades socio-emocionales, favorece a la exploración del mundo y ayuda a descubrir lo que somos capaces de lograr.
¿Qué podemos hacer las familias y los profesionales de la educación?
Puesto que cada familia tiene su propia manera de educar es fundamental poner normas y límites claros. Los profesionales de la educación y las familias debemos tener claro cuáles son los límites negociables y cuáles no en la crianza de los peques. En el momento de educar es fundamental que sepamos que cualquier cosa asociada con su seguridad o su salud es algo que no puede negociarse, por lo que, en estos casos, deberemos expresarlo de forma amable y respetuosa.
- Mejor sin castigos. Existen muchas otras formas de manejar la situación.
- Evitar decir “no llores”.
- Cuantas menos reglas, mejor.
- Refuerza sus “SÍES”.
- Dale opciones. Así sentirá que tiene más libertad y estará más dispuesto a colaborar.
Como ejemplo, podemos darles la oportunidad de elegir entre dos alternativas que previamente habremos escogido nosotros.
Con esta opción permitimos que tengan la sensación de elegir ellos y reduce su necesidad de reclamar su poder, autoridad o mando de un modo tan persistente e incluso inadecuado en algunas ocasiones.
Y por último, y lo más importante, aunque no sea fácil debemos intentar mantener la calma y la paciencia. Debemos recordar que es una etapa madurativa y que no actúan así para enfadarnos.
Si tenéis alguna consulta o queréis hacer una asesoría privada y personalizada ponte en contacto a través de este formulario.
Gracias por los sabios consejos. Ahora podremos manejar con mayor facilidad la etapa del No (que yo creo que dura hasta los 30 mínimo). Bromas a parte, mil gracias por allanarnos el camino.
🤣🤣🤣🤣 Parecen 30 años, pero ya sabes que el tiempo pasa muy rápido.
Gracias por tus palabras🌺💖
Ahora lo entiendo mejor. Sí es verdad que los padres tendemos a solucionar rápido sin pensar en lo que realmente está demandando nuestro hijo. Tenemos que ser más conscientes de su evolución, que su cabecita aún es muy pequeña.
Muchas gracias Silvia 😊
Muchas gracias por tus palabras Pedro. Tienen una cabecita muy pequeñita pero un corazón ENORME. Un abrazo ♥